Tasnim y yo hemos ido hoy por curiosidad a uno de los primeros mítines que ha celebrado el PSC en la campaña electoral de las elecciones del 20 de noviembre. Ha sido en mi ciudad, en Hospitalet de Llobregat. Unos metros antes de llegar al recinto, ya coincidimos con una ruidosa manifestación que se acercaba oportunamente a la entrada del mítin pocos minutos antes de que comenzara. Los vecinos del barrio de Bellvitge, organizados por la Asociación de vecinos de Bellvitge y un grupo de indignados, protestaban por el cierre de uno de los dos consultorios que disponen en el barrio. Deseaban así mostrar su malestar en este evento al que acudían la alcaldesa de la ciudad -Núria Marín-, la candidata del PSC al Congreso -Carme Chacón- y el ex presidente español Felipe González.
Una vez a las puertas del recinto de La Farga, donde iba a hacerse el mítin, hubo algo de tensión entre los manifestantes y los organizadores del PSC. Las personas que salieron a negociar con quien sostenía uno de los megáfonos fueron el primer y el tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento (los socialistas Francesc Josep Belver y Alfons Bonals, respectivamente). Los manifestantes pacíficamente pretendían que algunos miembros del grupo pudieran entrar al acto para exponer sus quejas. Sin embargo, desistieron tras hablar con los dos tenientes de alcalde.
Una vez dentro, Núria Marín y Carme Chacón arengaron a los allí reunidos con proclamas, sobre todo, contra el Partido Popular. Advirtiendo a la masa que la llegada de los populares podría acabar con leyes como la de Dependencia. Mi impresión fue que la inmensa mayoría de los asistentes no iba a informarse de las propuestas socialistas: eran votantes convencidos que querían ver a sus líderes o sencillamente tenían como objetivo rellenar el pabellón. Además, no estaban homogéneamente repartidos. Detrás del político (el fondo que graban las cámaras de televisión), había una grada que contrastaba por estar repleta de jóvenes, a pesar de que la media de edad de los asistentes era bastante alta.
Felipe González comenzó su discurso con un "Hospitalet nunca falla", con el sentido de que los hospitalenses habían llenado con creces el recinto de La Farga. Pero la evidencia demostró que una parte importante de los asistentes no era de la ciudad. Terminado el evento, a las puertas esperaban varios autocares (cinco como mínimo). Algunas personas dispersas sostenían carteles con nombres de poblaciones (Anoia, Sant Boi, Sant Feliu, etc.). Obviamente, el partido había traído a gente de toda Cataluña con el fin de llenar el recinto.