El libro electrónico perfecto

Estaba pensando en como los libros electrónicos todavía pueden ser mejorados. Una manera de convertir la experiencia de la lectura en algo más personal y única.

Un libro es una manera de pensar, en un sueño que se vive en un vagón de metro o en una cafetería. En cierto modo, es una experiencia compartida, pública. Yo me fijo en lo que leen los demás. Miro la portada y me hago una idea de quién tengo delante.

Como escudo ante pasajeros curiosos como yo, hay gente que decide forrar los libros con papel de regalo o similar. Qué rabia. Aunque me resulta intrigante que alguien quiera ocultar su lectura. ¿Qué tendrán entre sus manos? ¿Mi lucha? ¿Algún libro romántico de Jazmín?

En cualquier caso, la portada de un libro es también un señuelo. Una manera de iniciar una conversación con un completo desconocido. Más de una vez alguien se ha fijado en mi lectura y ha comenzado a hablarme. Y yo mismo he reaccionado de la misma manera cuando una portada me ha llamada la atención o sabía algo sobre ella.

Pero todo esto es algo completamente imposible con un ebook. Por supuesto, no voy a reclamar la desaparición del libro electrónico y el retorno de lo antiguo. No soy de esos. ¡Me encanta el libro electrónico! ¡Es un sueño hecho realidad! Lo que sí pienso es en soluciones para hacer más perfecta la experiencia.

¿Por qué no un dispositivo con dos pantallas? Digamos que sea una lámina. Por delante, la pantalla táctil de lectura. Nada de botones, ni cosas raras. Solo una pantalla táctil que responda únicamente si tocamos en ciertas zonas. Y se desbloquea o bloquea mediante códigos de toques (el Knock Code de algunos smartphones).

Por detrás, y aquí viene lo bueno, hay otra pantalla. Sin embargo, ésta únicamente muestra la carátula del libro que estamos leyendo. Es decir, ningún cambio hasta que terminamos la obra o cambiamos de título.

¡Dos pantallas! ¿No sería un gasto innecesario de batería? ¡No! Ésa es justamente la ventaja de las pantallas de tinta electrónica. Que si no hay cambio, no hay consumo eléctrico. Así que la portada, que permanece inmóvil en la pantalla, no consume ni un electrón hasta que terminamos nuestra lectura.

Aquí dejo la idea para que alguien la fabrique y yo pueda comprarla ;).

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