Sectores de la policía creen que una “garganta profunda” podría explicar las últimas detenciones de presuntos etarras

(nota: éste artículo está escrito originariamente el 25 de enero del 2011 para la asignatura Periodisme de Fonts)

El secretario de comunicación del Sindicat de Policies de Catalunya, David Miquel i Serrada, ha opinado que las últimas detenciones de presuntos etarras podrían explicarse porque “alguna garganta profunda está diciendo donde están”. Ésta podría surgir del distanciamiento de ETA desde parte del movimiento independentista que simpatizaba hasta ahora con la banda. Asimismo, el fundador de l’Associació Catalana de Víctimes d’Organitzacions Terroristes (ACVOT) y actual coordinador del Servei d’Informació i Orientació a les Víctimes de Terrorisme (SIOVT), Robert Manrique, indica que se están produciendo cambios en la sociedad vasca y que ésta es cada vez más crítica con el uso de la violencia.

Para David Miquel, se ha producido “un hecho sin precedentes” en la historia de ETA. Y es que una parte del colectivo abertzale que antes “seguía las directrices de la banda” ya no lo hace porque quiere participar en el sistema democrático. Para ello, la banda tendría que distanciarse de este sector y dejarles participar, cosa que no parece fácil. Según el portavoz del sindicato policial, un momento clave fue el acto del pasado noviembre, celebrado por un sector abertzale hasta entonces afín a la banda, donde se rechazó el uso de la violencia. A partir de entonces se han producido varias detenciones y ha aumentado drásticamente la eficacia policial. “Somos buenos, [pero no tanto]”, añade Miquel, que sugiere que alguna persona del entorno podría estar ayudando a los cuerpos de seguridad en las últimas detenciones de presuntos miembros de ETA.


Robert Manrique, coordinador del Servei d’Informació i Orientació a les Víctimes de Terrorisme (SIOVT) / Fuente: Encuentro por la libertad
Son varias las razones que podrían explicar este cambio de actitud. La ilegalización de Batasuna privó al independentismo violento de 30 millones de euros en subvenciones, según Manrique. El envejecimiento de la banda habría retirado a los líderes más experimentados, y ahora son “poco profesionales”, según Miquel. Otro factor es que con el cambio en el Gobierno vasco ha aumentado el número de detenciones. Y además la sociedad es cada vez más crítica. Robert Manrique ejemplifica este último punto con el aumento, en los últimos años, de las manifestaciones en el País Vasco contrarias a ETA. Con el atentado de Hipercor, apenas 300 vascos salieron a la calle. Con el asesinato de Miguel Ángel Blanco, fueron miles. Y con el atentado en la T4 del aeropuerto de Barajas, la gente salió espontáneamente. Manrique cree que en Euskadi se ha perdido el miedo.

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