El pasado martes 4 de mayo, los periódicos se hacían eco de la intervención del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad en la cumbre de la ONU para la revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear.
El País presentó de esta manera la noticia:
El titular de El País, “Irán reta a la ONU con su plan nuclear”, se puede interpretar como un Ahmadinejad amenazante para toda la ONU, organización que tiene como fin último la paz mundial. Aunque en el subtítulo se matiza que el presidente niega que vaya a producir armas nucleares, la afirmación del titular resulta muy rotunda como para que haya un equilibrio entre titular y subtítulo.
El cuerpo de la noticia comienza de la siguiente manera:
Sin concesiones ni gestos conciliadores, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ocupó ayer personalmente la tribuna de Naciones Unidas para advertirle al mundo que no va a detener la investigación de energía nuclear y que no va a aceptar el control de la ONU, a la que considera un mero instrumento al servicio de Estados Unidos. Con su desafío, el líder iraní pone en primer plano una crisis que puede amenazar la estabilidad internacional y potencia el riesgo de una carrera armamentista en Oriente Próximo.
Por tanto, leyendo esta información se desprende que el presidente iraní es un claro peligro para el planeta y probablemente también para el lector de la noticia.
El Mundo, en cambio, en su titular se centra más en la tensión entre EEUU e Irán y no, como El País, entre Irán y toda la ONU.
El primer párrafo resulta menos interpretativo que en El País. Ya no es “potencia la carrera nuclear” sino la “posible carrera nuclear”.
El lunes por la mañana se inició en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York la conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que establece las normas a nivel internacional para la producción de energía nuclear. Uno de los centros de interés de la conferencia, de aproximadamente un mes de duración, es el programa nuclear iraní, y la posible carrera nuclear que podría desencadenar en Oriente Medio.
Después, donde antes era un desafío a la ONU, ahora es una acusación a “ciertas potencias”.
Acusó a "ciertas potencias nucleares de manipular el Consejo de Seguridad, y a la Agencia Internacional de la Energía Atómica"
Finalmente nos informa de un hecho que parece importante y que en El País apenas si aparece:
Asimismo, el Pentágono reveló que hasta septiembre de 2009 su arsenal nuclear se componía de 5.113 cabezas nucleares, indicó un alto funcionarios.
En el caso de El País no se llega a explicitar la cifra ni en la noticia mencionada antes ni en las que se publican en los días posteriores.
Para Público la noticia es muy distinta a la de los dos diarios anteriores:
Como dice el artículo, una zona libre de armas atómicas en Oriente Medio afectaría principalmente a Israel que, aunque no oficialmente, se cree posee armas nucleares. Quizás una cierta antipatía del diario hacia este estado es lo que propicia este enfoque. En el último párrafo, además, se expone el punto de vista de los países no alineados (que no aparece en las noticias anteriores), en consonancia con esta propuesta:
El representante de los países no alineados, el indonesio Marty Natalegawa, fue mucho más explícito. Recordó que la creación de una zona libre de armas nucleares en Oriente Próximo fue una de las condiciones que se exigieron en 1995 para ampliar el TNP de forma definitiva, por lo que calificó de "inaceptable" que 15 años después todo continúe igual.
Mientras para El País y El Mundo el presidente iraní puede provocar una carrera nuclear en Oriente Próximo, para Público sería todo lo contrario, un desarme. Por cierto, esta medida –la de Oriente Próximo libre de armas nucleares- parece que sí podría aprobarse finalmente.
En contraposición a los medios españoles, The Guardian no menciona en su titular a Ahmadinejad, aunque sí en el subtítulo además de aparecer en la fotografía del artículo.
El diario británico centra los primeros párrafos en el arsenal nuclear de EEUU, ya que por primera vez en la historia se ha hecho público el número de cabezas nucleares existentes sobre territorio estadounidense (5.113 cabezas). Además, en lo referido al presidente iraní:
As the Iranian leader spoke, delegations from the US, Britain and other EU states walked out, but his speech was greeted with applause from many remaining delegates. Speeches by the non-aligned movement, a bloc of more than 100 states which carries clout at the NPT conference, and by Brazil, echoed many of Ahmadinejad's themes, emphasising disappointment with the disarmament efforts of the established weapons powers.
Menciona que, a pesar de que algunas delegaciones (EEUU, Reino Unido, Francia…) abandonaron la sala durante el discurso iraní, otras en cambio lo aplaudieron. Volviendo al principio, para El País Ahmadinejad desafiaba a toda la ONU. En cambio, The Guardian dice que, más allá de las grandes potencias, algunos países simpatizan con la posición iraní en este asunto.
Para acabar, la agencia oficial de la ONU en español enfoca la comparecencia de forma muy distinta a la prensa antes citada.
El titular, a diferencia de los medios, es abiertamente optimista (“mejorar”). Después se exponen propuestas de Ahmadinejad, como
Al hablar ante la conferencia que revisa el NPT, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, pidió que se establezca un grupo internacional independiente que prepare directivas y determine un plazo para el desarme nuclear total.
Cuando se habla sobre los países nucleares, no se menciona ningún nombre ni reacción:
Ahmadinejad sostuvo que algunos países con armas nucleares tienen privilegios especiales en el OIEA y en el Consejo de Seguridad, y usan esas plataformas contra las naciones no nucleares.
Es curioso observar como El País dice que Irán desafía a la ONU y en cambio el medio oficial de la organización publica una noticia que parece mostrar cierta simpatía hacia el discurso de Irán.
Este discurso puede leerse en inglés aquí. En él se hace una fuerte crítica a la posesión de armas nucleares y los países que las tienen –EEUU se menciona explícitamente, cuenta con más de la mitad de las cabezas nucleares del mundo-, se defiende la energía nuclear por su bajo coste y considerarse energía limpia, se exponen 11 propuestas centradas en el desarme nuclear mundial y se critica la presión de la Agencia de la Energía Atómica sobre Irán en comparación a su ausencia en países que sí tienen armas nucleares. Es decir, que -a priori- el discurso no parece un desafío a la ONU sino, en todo caso, a los estados nucleares, que fueron los que abandonaron la sala durante el discurso (algo que, por cierto, la Agencia de prensa de la ONU no nos cuenta).